Biodanza o danza de la vida, consiste en una serie de ejercicios de movimiento, relajación y voz, escuchando una música específica.
A través de la música, el movimiento y la interacción con el otro, la Biodanza facilita la expresión y el poder transmitir lo que llevamos dentro, haciendo a la vez ejercicio. Todo esto hace que cualquier persona la pueda practicar, independientemente de la edad o estado físico.

Al poder exteriorizar lo que llevamos dentro, sin utilizar para ello la palabra, conseguimos armonizar cuerpo, mente, emociones y sentimientos. Con su práctica conseguimos la integración de lo que pensamos, sentimos y hacemos, para evitar que pensemos una cosa, sintamos otra y hagamos la contraria.

No olvidemos que muchas personas viven en un medio tóxico que imposibilita la expresión de su potencial afectivo y creativo y que pensar y sentir una cosa y hacer otra diferente, no es coherencia, y la incoherencia y la falta de autenticidad a la larga crean problemas de salud.

Biodanza utiliza una serie de ejercicios estimulados por la música, que trabajan las cinco líneas básicas de expresión del ser humano que son la vitalidad, la sensualidad, la creatividad, la afectividad y la trascendencia.

La Biodanza en general fomenta la salud y el desarrollo armonioso de la personalidad.

Hace a las personas más saludables, más fuertes, más equilibradas, capaces de enfrentarse con gran entereza a las circunstancias y vicisitudes, mejorando con ello la calidad de vida.

En lo que respecta al estado psicológico y emocional su práctica hace que las personas se sientan más vitales, creativas y capaces de disfrutar intensamente de la vida, permitiendo que las personas se sientan reconocidas, aceptadas y queridas por ellas mismas, es decir por lo que son, no por lo que hacen, ni por lo que tienen, se encuentren a si mismas y se reconozcan a través de los demás, facilitando el vivir en armonía.

Y en lo referente al estado físico actúa como una gimnasia de mantenimiento, con la ventaja de hacer ejercicio físico sin esfuerzo y casi sin darse cuenta.

La música tienen mucho que ver en ello, ya que ésta aumenta y potencia la fuerza y resistencia frente al ejercicio a nivel físico y eleva el estado anímico a nivel mental.